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La madera y el agua, desmontando mitos
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La madera y el agua, desmontando mitos

Venecia y otras ciudadesDCuando por primera vez pensamos en la madera como elemento constructivo, se nos vienen a la mente los diversos mitos que han surgido en torno a este material tantos años. Uno de estos viejos mitos es, por ejemplo, el del riesgo de pudrirse la madera por contacto con agua. Por otro lado, hay referencias aparentemente contradictorias, como es el hecho de que ciudades como Venecia estén literalmente construidas sobre pilotes de madera sumergidos en una laguna. ¿Es por tanto cierto que el agua sea un conflicto en su contacto con la madera? Desde Ac Global Arquitectos, te lo contamos en este artículo.

Desmontando mitos

En primer lugar y para evitar malentendidos, la madera está diseñada especialmente para sobrevivir en un ambiente húmedo. Esto lo podemos apreciar en los árboles. Cuando el árbol muere, sus componentes esenciales, en un proceso de reciclaje natural, regresan a la tierra siendo un proceso de conservación de los bosques esencial. Los organismos xilófagos del entorno contribuyen activamente a la degradación de la madera de este proceso.

Si nos referimos al riesgo de pudrición de la madera del que hablan las malas lenguas, en el caso de la madera como elementos constructivo, se ha demostrado que los agentes xilófagos, como hongos de pudrición, tienen más probabilidad de éxito en su ataque a la madera, degradándola, cuanta más alta es la humedad. Es por esto, que uno de los principales intereses en la construcción con madera es mantener la humedad por debajo de cierto nivel, ya sea protegiéndola, alejándola de fuentes de humedad, o favoreciendo su ventilación para favorecer el secado de forma natural. 

La madera

Pero no todas las maderas son iguales, al igual que a no todas se les da el mismo uso y utilidad en construcción. El riesgo de ataque por organismos xilófagos depende en gran medida de la clase de uso de la madera, es decir, del uso que vaya a desempeñar en la construcción. Por ello, disponemos de una clasificación según esta utilidad y así ayudarnos a elegir la especie de madera más conveniente, según el riesgo de ataque por los distintos organismos xilófagos que presenta la misma en función de su situación en servicio. El riesgo, lógicamente, depende del grado de humedad que pueda llegar a alcanzar la pieza durante su vida útil. Estos diferentes usos también nos ayudan a definir la protección que debemos aplicar a la madera.

Las distintas situaciones para utilización de la madera son las que se indican en la siguiente imagen:

Una vez identificada la clase del uso de esa madera que estemos diseñando, nos aseguraremos de que la madera elegida posea un nivel adecuado de durabilidad natural para ese uso. Si no lo tiene, deberemos entonces aumentar su durabilidad mediante un tratamiento de protección acorde al tipo de uso. 

Cuanto más elevado es el número del tipo de uso, mayor contenido de humedad tienen las piezas y, por tanto, mayor es el riesgo de ataque. No es lo mismo el riesgo frente a la humedad de las vigas de un bajo-cubierta de una vivienda (clase de uso 1), con riesgo de ataque por agentes xilófagos muy bajo. También sería diferente la situación en los pilotes de un embarcadero en la costa ( clase de uso 5), que al ser piezas que se encuentran siempre en contacto con agua salada, cambian constantemente el nivel de de humedad debido a la alternancia entre pleamar y bajamar. 

Venecia y otras ciudades

Sin embargo, la utilización de la madera como elemento constructivo, o de cimentación, por debajo del nivel freático y permanentemente húmedo, sin presencia de oxígeno, como es el caso de por ejemplo los pilotes de madera sustentantes en Venecia, es una situación perfecta para mantener en buen estado la madera. Esto ocurre porque los agentes xilófagos y degradadores de la madera al estar en un ambiente sin oxígeno y no poder conseguir su necesidad (la madera), no pueden desarrollarse, y por lo tanto la madera permanece intacta.

Así, en condiciones complejas de cimentación, los pilotes de madera se llevan utilizando desde hace siglos, al  ser un material accesible, de fácil transporte y montaje. En el caso de Venecia, la consolidación del terreno mediante pilotes de madera fue el único modo de edificar sobre el firme heterogéneo de limos, arcilla y arena de prácticamente nula capacidad portante sobre el que se sitúa la ciudad.

En muchas ciudades europeas como Ámsterdam y Rotterdam ocurre lo mismo, y con un terreno de una reducida resistencia a compresión, muchos de esos edificios históricos holandeses se construyeron también sobre largos pilotes de madera que se extienden sobre la capa de arena. Se estima que en Holanda existen 25 millones de pilotes de madera y cada año se renuevan unos 200 000.

Ejemplos ciudades

Existen multitud de ejemplos en Europa, como es el Palacio Real de Ámsterdam (1640) sustentado sobre los 13659 pilotes de madera que han mantenido el edificio en pie hasta nuestros días.

En 1912 el Campanile de la Basílica de San Marcos de Venecia se reconstruyó sobre los mismos pilotes de madera que habían estado en servicio durante 1000 años porque durante la rehabilitación se observó que su estado de conservación era correcto y conservaba perfectamente su estado y resistencia.

El edificio del Reichtag en Berlín, actual sede del parlamento alemán, también está construido sobre pilotes. Son solo tres de los ejemplos de edificios históricos que han llegado hasta nuestros días gracias al uso de la madera en cimentaciones profundas.

Estabilidad

Para garantizar la estabilidad de la construcción sobre pilotes de madera y evitar ataques por hongos de pudrición, el nivel superior del pilote siempre debe encontrarse por debajo del nivel más bajo esperado del agua subterránea, para lo cual  remataban la cimentación con otros materiales como la piedra y mampostería en el pasado y hormigón en la actualidad.

En esta situación subacuática, los únicos microorganismos que pueden atacar la madera son ciertos tipos de bacterias que requieren poco nitrógeno y pueden sobrevivir prácticamente sin oxígeno. Estas bacterias anaeróbicas destruyen la celulosa muy lentamente mientras que la lignina queda intacta. Su ataque es mucho más lento que el de otros agentes, como los hongos de pudrición, los insectos xilófagos o los xilófagos marinos (entre 0 y 0,80 mm/año).

Para la mayoría de estructuras bajo el agua, este tipo de bacterias anaeróbicas no suponen un problema ya que el proceso de degradación de los pilotes sumergidos por el ataque de bacterias anaeróbicas es muy lento , pero con el tiempo, el patrimonio arquitectónico de algunas ciudades europeas podría verse en una situación delicada. Esto nos obliga a intentar, desde Ac Global Arquitectos, constructora de viviendas y obras públicas llave en mano, conocer más en profundidad acerca del comportamiento de la madera bajo el agua, para así, intentar conseguir alargar la vida útil de las edificaciones residenciales y evitar asentamientos de edificios monumentales.

Conclusión

Ya sabemos que estas bacterias que degradan la madera son en sí mismas inmóviles y necesitan del flujo de agua para entrar y colonizar la madera, conociendo ya que algunas maderas presentan una estructura dónde el transporte de agua es más fácil y son más susceptibles a la degradación bacteriana. Las que son menos susceptibles, como es el caso del abeto que es muy resistente a la entrada del agua, a diferencia del álamo, aliso o haya que son más probables de degradarse.

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